Ni el serenazgo ni la policìa parecen tener fuerza
suficiente para para este día de violencia que se inició con el reclamo de las
hordas quienes vienen pidiendo la cabeza del gobernador provincial, Samaniego
Orellana, a quien acusan de auspiciar marchas similares pero a cargo del sector
de obreros reunidos en facciones distritales opositoras a la provincial.
Los hechos se sucitaron en inmediaciones de la Plaza San
Martín y se han extendido hacia la Av. Libertadores y urbanizaciones como Santa
Rosa y Miraflores.
Tal violencia y la ineficiencia de las autoridades para
mantener el orden obligan a que los vecinos empiecen a planear tomar la
seguridad y reprimir la violencia con sus propias manos.
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