CAÑETE AL DIA.- Para el día de ayer, se programó la reconstrucción de la violación de la septuagenaria Flor Manuela Martínez Yaya, quién fuera ultrajada el mes pasado por Ramón Alberto Zuta Fernández de 22 años.
Al lugar de los hechos se apersonaron representantes del Ministerio Público, del Juzgado, los abogados de ambas partes y efectivos policiales de Mala.
En plena diligencia, cuando Elia Elizabeth Aburto Martínez, hija de la agraviada relataba los sucesos cometidos en contra de su madre, los moradores de Mala, comenzaron a pedir la presencia del violador que se encontraba protegido en una camioneta.
¿Cómo es posible que la hija esté haciendo la reconstrucción de los hechos? ¿Acaso ella estuvo presente? ¡Que venga el violador! Fueron los comentarios realizados por los vecinos que indignados e impotentes gritaban por la protección que el ministerio público proporcionó al agresor.
De otro lado, se comentó que Agapito Medrano, asesor legal de parte de la agraviada debió exigir que se consume la reconstrucción de los hechos y no salir en defensa del agresor al ceder la suspensión de dicha reconstrucción.
El argumento propuesto fue, que la población podría enfurecerse al ver al agresor de la anciana. Al final el acto fue suspendido con la anuencia del asesor legal de la agraviada hasta nueva fecha.
Al lugar de los hechos se apersonaron representantes del Ministerio Público, del Juzgado, los abogados de ambas partes y efectivos policiales de Mala.
En plena diligencia, cuando Elia Elizabeth Aburto Martínez, hija de la agraviada relataba los sucesos cometidos en contra de su madre, los moradores de Mala, comenzaron a pedir la presencia del violador que se encontraba protegido en una camioneta.
¿Cómo es posible que la hija esté haciendo la reconstrucción de los hechos? ¿Acaso ella estuvo presente? ¡Que venga el violador! Fueron los comentarios realizados por los vecinos que indignados e impotentes gritaban por la protección que el ministerio público proporcionó al agresor.
De otro lado, se comentó que Agapito Medrano, asesor legal de parte de la agraviada debió exigir que se consume la reconstrucción de los hechos y no salir en defensa del agresor al ceder la suspensión de dicha reconstrucción.
El argumento propuesto fue, que la población podría enfurecerse al ver al agresor de la anciana. Al final el acto fue suspendido con la anuencia del asesor legal de la agraviada hasta nueva fecha.
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